jueves, 14 de marzo de 2013

Aguas Tormentosas



Ranco (Aguas Tormentosas),  daba su testimonio después de la gran victoria, esa que finalizó la guerra.

Antes de escuchar ese testimonio sería conveniente que les contara un poco sobre él.  No era una persona fantástica, ni genial, el adjetivo más preciso para describirlo es que Ranco era un individuo sensacional.

Desde niño fue algo agresivo, no violento, pero poseía una reactividad muy por sobre lo "normal". Su impulsividad era su principal característica    Dentro del clan era un líder natural, pero sin mucho futuro, no se perfilaba como un buen Lonco.   

A pesar de ser respetado, escuchado y francamente temido dentro de su tribu, Ranco no proponía mucho.  No organizaba fríamente, no calculaba.    Pero lo que realmente lo inhabilitaba de ser un verdadero líder era su incapacidad de medir las consecuencias de sus reacciones, opiniones y decisiones.  

Se valoraba su honestidad y fuerza física, su valentía y humildad.  Era un gran guerrero.

A pesar de esto, Ranco era veloz tomando decisiones, especialmente en el campo de batalla, su ímpetu generaba admiración dentro de sus hermanos, esto hizo que el consejo tribal lo mantuviera siempre cerca, su voz era escuchada por la tribu.  En las reuniones se sopesaban sus opiniones, eran escuchadas, pero creo que nunca se ejecutó un plan de Ranco al pie de la letra.  Sus decisiones y planes eran por definición poco elaboradas, y para muchos sinceramente tontas y riesgosas.

El consejo observaba como todos querían y respetaban a Ranco.   Tenían un plan para él.

Buscarían dentro del espíritu, mente y corazón de Ranco algo que les permitiera comprender a este mapuche indomable y salvaje, pero con carisma.  Sabían que si visualizaban el origen, la raíz, tal vez podrían pedirle a sus Pillanes que cambien a Ranco por el bien del Rehue.

Después de mucho pensar y observar a Ranco se dieron cuenta que el problema no estaba dentro de su espíritu, Ranco poseía un espíritu limpio y bondadoso, libre de torceduras.  En cambio su mente estaba nublada, pero la razón de la tormenta mental provenía de su corazón.

Por fin sabían lo que tenían que pedirle a sus Pillanes.

Ranco tenía un corazón de hierro.  De su pecho emanaba su valentía, su integridad, la consecuencia a sus valores, pero tambien su incapacidad de sentir apego.    Ranco no tenía muchos sentimientos.  Era sensasional, no sentimental.   Tenía dificultad al arraigo, o mejor dicho,  estaba dominado por una incapacidad de ser consciente de sus sentimientos.  

Sin sentimientos no importan las consecuencias y un  Toqui debe tener sentimientos, de esta forma podría ser estratégico en sus decisiones y no estrictamente visceral.    De su fortaleza física no había que preocuparse.

Los Pillanes habían sido bondadosos durante esa temporada, era el momento preciso para convocar el machitún más grande y poderoso que se haya visto.   Necesitaban un Toqui poderoso, la amenaza invasora era inminente y Ranco era el mapuche ideal, tendrían un gran Toqui, pero sólo si lograban derretir su corazón.  Derretir su corazón y moldearlo.

El consejo pensaba que derritiendo su corazón y moldeandolo, él podría interpretar sus sensaciones y que en su mente se transformaran en sentimientos.  Que estos se transformaran en guías para su comportamiento.  

Ranco recibía solo sensaciones en su cabeza, necesitaba sentimientos.

El consejo convocó a todas las machis del Aillarehue, para invocar a varios Pillanes, especialmente a los Volcanes.   Les pidieron que derritieran el corazón de Ranco.   El machitún duro un mes, durante el cual Ranco estuvo con los ojos abiertos, pero totalmente fuera de este mundo.   Sangre brotaba por sus orejas, ojos,nariz,boca, pene y ano.  Finalmente, su corazón había sido derretido.   

Después lo arrojaron a las frías aguas del San Pedro para que sus corrientes dieran una nueva forma a su corazón.

Ranco - ya consciente - acepto mantenerse dentro del río durante tres semanas.   El cambio ya era evidente.  Ranco nunca había recibido una orden o imposición de buena gana.

Al salir del río dijo; "He tenido mucho tiempo para pensar" y sin decir más espero que le sirvieran comida, debía recuperarse, llevaba mucho tiempo sin comer.  

El antiguo consejo sabía  que pensar, meditar o solo estar quieto por más de un par de horas era algo nuevo para Ranco.

Después de una semana de comer en silencio Ranco dijo:

"Hermanos, no se que me pasa".   Hizo una larga pausa y continuo hablando.  "En todas las batallas que he luchado he sentido cosas, no soy un insensible, aunque actue como uno.   Así mismo cuando pienso en la guerra siento cosas; pero no tengo ningún sentimiento por ella.... Tal vez odio y rabia, hay muchos otros sentimientos que se pueden asociar a la guerra.   Creo que las sensaciones se mueven por un contínuo infinito y que no tienen un límite muy claro, a diferencia de los sentimientos, que son más específicos; lo que si se es que es difícil describir sensaciones con palabras y con palabras entiende la mente, aunque a veces no lo parecemos, somos racionales.   Creo que eso hace difícil entenderme, aún más enseñarme cosas.   Estoy confundido, me siento débil, creo que mi primer sentimiento después del machitún es miedo."

Los ancianos agradecieron la bondad de los pillanes ante sus plegarias.  Ranco hablaba, era complejo y enredado.  Pero comenzaba a hablar como un Lonco.

Al comprobar que el corazón de Ranco había sido moldeado, fue inmediatamente nombrado Lonco.   Se esperaba mucho de él.  En el campo de batalla seguía siendo fiero, y durante los breves momentos de paz, se le solía ver solo, sentado bajo un canelo o dando largas y solitarias caminatas.  

Su agresividad en el campo de batalla fue aumentando notoriamente, la tribu estaba feliz, tenian un Lonco reflexivo, pero guerrero a la vez, el mejor guerrero.   Lo imprevisto fue que estas dos cualidades no lograron fundirse -reflexivo y guerrero- funcionaban como dos modos separados.

Ranco, a pesar de estar conciente de su nueva faceta, sentía una presión indescriptible, presión que liberaba durante las batallas.

Sus cualidades se fueron exacerbando.  Por un lado se transformó en un asesino despiadado, no distinguía entre guerreros,niños, ancianos, mujeres o animales.   Por el otro, cuando estaba calmado, era capaz de analizar profunda y claramente, conversar y opinar, incluso al nivel del consejo.

Hasta que un día ocurrio.   

Ya no quedaban enemigos, la batalla había terminado, la gran victoria al fin había llegado, pero Ranco no pudo detener su furia.  12 de sus guerreros pagaron con sus vidas para poder detener a Ranco.

Después de un par de días de caminar esto fue lo que dijo Ranco a su tribu después de la gran victoria, la del incidente, la que había terminado la guerra, no quedaban más enemigos, técnicamente habían ganado la guerra, pero era un victoria triste.  El consejo se cuestionaba el real valor de la lucha.

Ese era el sentimiento generalizado, al menos hasta que Ranco habló y dijo:

"Estoy arrepentido por mis acciones después de la GRAN VICTORIA, solo espero que las familias de los muertos puedan perdonarme algún día.    Al consejo le doy las gracias por haber derretido mi corazón; he aprendido a reflexionar, a medir, a pensar.  Mi corazón ha sido moldeado, pero sigue siendo de la misma fibra.   El pensar me ha hecho capaz de tomar mis propias decisiones.  Y he tomado una.   

Me voy a alejar de la tribu, me mantendré luchando para el Rehue, no lo hago de manera forzada, he descubierto que eso es lo que quiero hacer.  Estaré presente en todas las fiestas de la tribu, pero renuncio a las sesiones del antiguo y sabio consejo.  Ya han hecho suficiente y no pueden hacer más.   Sus expectativas son diferentes a las mías, yo debo cumplir con mis prioridades, ordenadamente.  

Lo que les aseguro es que antes de que los pillanes se enojen con nosotros, las expectativas de todos serán cumplidas.  

Los quiero mucho.    Viviré detrás de esa montaña, esa que se ve desde acá, nos comunicaremos a través del fuego.   Yo siempre responderé.   

Era un falso guerrero, me han salvado, pero no me han cambiado, me he encontrado y ahora, sin duda, soy un guerrero.  Acepten eso."

Un respetuoso silencio acompaño la salida de Ranco en dirección hacia la montaña.